He reído por mil razones,
he llorado por mil más.
He llorado escuchando canciones
en la más profunda intimidad.
Aún recuerdo mi primer llanto
por culpa de una melodía.
No se decirte el día exacto,
pero lo que si recuerdo es que llovía.
Caían gotas en la calle,
desde las nubes hasta el suelo.
Caían gotas en mi cuarto,
desde mis ojos, calando hasta mis huesos.
Te puedo nombrar cada canción
que hicieron de mi corazón
un iceberg en pleno deshielo,
hay desde rap hasta rock,
desde jazz hasta soul.
Porque cada vez que escucho
una nueva canción.
Le pongo el alma,
y en el momento en el que me siento
identificado, se acabó la calma.
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