Entrada destacada

Ahora entiendo a Peter Pan

Temo crecer y perder al niño de mi interior, ese niño que miraba al futuro con decisión y pensaba a diario en el pasado para aprender d...

sábado, 13 de mayo de 2017

Y ¿Qué más da?



Y ¿Qué más da si fuera llueve?,
aprendamos a bailar bajo la lluvia,
pisemos todos los charcos
y perdamos el estúpido miedo a mojarnos.
Ya sabes que me encanta tu pelo mojado,
sin duda ese es tu mejor peinado.
Déjales, que nos tilden de locos,
yo les tildare de sabios,
porque nadie conoce por completo a la locura
hasta que no bailan un tango con tus labios.
Y que te quede claro una cosa,
de tus labios no llueve,
de tus piernas no caen cascadas,
tan solo eres una bomba que explota en cada carcajada.

Y ¿Qué más da si dentro duele?
Y ¿Qué más da si las palabras hieren?
Y ¿Qué más da si cada herida escuece?
Y ¿Qué más da todo?
Si ya lo dice la gente...


                                    ...estamos locos.

lunes, 9 de enero de 2017

Silencio

Hay muchos tipos de silencio.
El silencio después de la traición.
El silencio después de la confesión.
El silencio después del error.
El silencio después de la vida.
El silencio que es precedido
por ese polvo que nunca se olvida.
En resumen, silencios hay muchos,
pero todos tienen la misma consecuencia, después del silencio llega la sentencia.

martes, 20 de diciembre de 2016

Lágrimas para la música

He reído por mil razones,
he llorado por mil más.
He llorado escuchando canciones
en la más profunda intimidad.

Aún recuerdo mi primer llanto
por culpa de una melodía.
No se decirte el día exacto,
pero lo que si recuerdo es que llovía.

Caían gotas en la calle,
desde las nubes hasta el suelo.
Caían gotas en mi cuarto,
desde mis ojos, calando hasta mis huesos.

Te puedo nombrar cada canción
que hicieron de mi corazón 
un iceberg en pleno deshielo,
hay desde rap hasta rock,
desde jazz hasta soul.

Porque cada vez que escucho
una nueva canción.
Le pongo el alma,
y en el momento en el que me siento
identificado, se acabó la calma.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Viaje a Roma

Quise pasar de página
y acabé tirando el libro
A la chimenea,
viendo como ardía
una a una todas nuestras fotos antiguas.

Yo quería escapar de tu cárcel,
llamada "amor".
Busqué la forma de escapar,
y si todos los caminos llevan a Roma,
andar de espaldas a la realidad
me llevaría al amor,
y eso me pasó,
acabé siendo un prisionero más.

Quise volar sin alas,
tocar las nubes,
esquivar tus balas,
y como no, salir del bucle.

Quise tantas cosas,
tenía tantos sueños,
me propuse tantas metas
que acabé desistiendo en cada una de ellas y dejé mi vida incompleta.

martes, 6 de diciembre de 2016

Bomba de relojería

La gente dice que si juego con fuego me quemo,
a ver como se lo puedo explicar,
estamos en invierno
y no tengo a quien abrazar.
A mi el fuego no me da miedo,
lo que temo es su descontrol,
como cuando me miras.

Tengo un corazón a prueba de bombas
pero tus besos
hacen saltar mi alarma de incendios.
No es lo mismo quemarse poco a poco,
derretirse cual hielo,
que explotar todo de golpe
y tirar los restos al suelo.
Es Por eso  que cada vez que estoy contigo
conviertes a mi compañero de vida,
de amor,
En una bomba de relojería sin control.

Tic, tac
se prende la mecha
Tic, tac
Saltan chispas
Tic, tac
Se abre la brecha
Tic, tac
De aquel te quiero entre comillas
Tic, tac
Ojalá nunca vuelvas
Tic, tac
Lo agradecerán mis costillas
Tic, tac
aunque echo de menos tus caderas
Tic, tac
Pero las olvido con te quila.

Y al final...
BUM

explotó.
He manchado todo mi cuarto de recuerdos,
Se puede apreciar tu pelo,
nuestros besos,
aquella foto en la que salía horrible
y tú me mentías diciendo que era perfecto.

Te contaré un secreto,
Debajo de la cama
guardé nuestras fotos,
al final desaparecieron
porque cada vez que las miraba
eran veneno mortal contra mi pecho.

Y ya no queda nada,
todo se marchó
como aquella mirada
que mi mundo paralizó.
Queda algún escombro
de mi pobre corazón
y sigo buscando un hombro
donde llorar sin pedir perdón.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Buen viaje

Tengo un corazón a prueba de bombas,
Cuando quieras te lo enseño,
Pero te lo advierto,
desde dentro
las bombas si tienen el mismo efecto
que un aleteo,
o incluso que tu disimulado pestañeo.
Pueden hacer de mi búnker
la pieza mas hermosa,
y ruinosa expuesta en un museo.

Por eso te pido un favor,
antes de entrar quítate las zapatillas,
y deja tu pistola de sonrisas
en las taquillas de la entrada.
Junto a mi futuro
hay espacio para que aparques
tu pasado un momento,
no se permite su presencia.
Lo único permitido en este viaje
es dejar atrás lo vivido,
ya haya sido llorado,
ya haya sido sonreído.

Aquí comienza la ruta,
veras desde ruinas
hasta monumentos recientes,
algunos destruidos por alguna puta,
otros construidos por aquella
mirada furtiva en el tren
con la chica del asiento de enfrente.

Buen viaje

domingo, 27 de noviembre de 2016

Ahora entiendo a Peter Pan

Temo crecer y perder
al niño de mi interior,
ese niño que miraba al futuro
con decisión
y pensaba a diario en el pasado
para aprender de cada error.

Aquel alma soñadora
con miedo a las noches
y a la oscuridad,
Siempre con los zapatos machados de barro
y raspones en las rodillas,
y como prenda diaria,
una sonrisa.

Como ha cambiado aquel niño,
la vida le dio una buena bofetada
y una dosis de realidad.
Ahora el niño no duerme
casi ninguna noche,
utiliza su insomnio
como motivación para escribir.
Ahora el niño odia mancharse
las zapatillas, ya sea de barro
o de cualquier cosa.
Ya no sueña.
Ya no tiene sueños.
Ya no mira al futuro a los ojos,
evita el contacto visual.
Prefiere fijarse en el pasado
y pensar que puede volver a él

¿Y que hay de su sonrisa?
¿Su sonrisa?
Mejor no hablar de ella.
Puede que con suerte
le veas reír y pienses que es feliz,
pero no es así,
su sonrisa y su felicidad
se marcharon a los 15 años
y a día de hoy duda de que vayan a volver.

"Quiero jugar"

Me interrumpe mi niño interior,
dejo esto a medias,
prefiero no terminar un poema
a que el niño prefiera marcharse
en busca de aquella sonrisa perdida
y no vuelva.

PD: ahora entiendo porque Peter pan no quería crecer